Ayer imaginé nuestra
historia, ¿sabes? Es de esas historias en las que nadie sufre y todo el mundo
es feliz. Una historia que empieza con una solicitud de amistad, como empiezan
tantas otras historias de hoy en día. Imaginé que me hablabas todos los días por
el chat y hablábamos durante horas. Una vez hablamos de quedar en algún sitio
para vernos y estar juntos. Me decías: 'Tengo unas ganas increíbles de verte'.
Pero yo, para que no te pensaras que tenías todo hecho, te respondía: 'Pues te
vas a quedar con las ganas'.
Quedábamos los fines
de semana y, aunque te morías por abrazarme, me hacía la dura y te quedabas con
las ganas una y otra vez. Pero fue aquella vez cuando me di cuenta de lo que me
importabas. Me abrazabas, sentía tu respiración rozando mi cuello. Y sí, quería
besarte. Y fue cuando acerqué mis labios a los tuyos, cuando giraste la cabeza
lentamente, me diste un beso en la mejilla y me dijiste, susurrando: 'Pues te
vas a quedar con las ganas'. Y así, sería una historia perfecta, te quiero aquí
conmigo, ahora….