viernes, 3 de agosto de 2012

En una esquina de mi barrio hay una tienda que vende unas pastillas para olvidar, los vecinos aseveran que su efecto prolifera pero yo no las quise ni probar. Pastillitas del olvido tengan el recuerdo vivo de la noche que lo vi bailar, se movía como loco, inestable y caprichoso y era triste como mi ciudad...como mi ciudad. Y yo que te vi toda mis noches a vos sin lamento ni reproches, te dí en las noches y en los días mis mejores melodías en las horas mas tremenda de mi vida. Yo te espero todavía, yo creo que el olvido es una fantasía, y así destinada a padecerte sigo loca como siempre inventando lo que sea para verte.
En un rincón de mi memoria sobran noches de tristeza, poca gloria y soledad, y en el hueco de los años más dorados caven tus ojos prestados y un adiós para olvidar.